A los diecisiete años publica sus primeros poemas en la revista Barandal (1931). Posteriormente dirige las revistas Taller (1939) e Hijo pródigo (1943).
En un viaje a España contacta con intelectuales de la República Española y con Pablo Neruda, contactos que lo influencian fuertemente en su poética. Hasta finales de septiembre de 1937 permaneció en España, donde conoció personalmente a Vicente Huidobro, Nicolás Guillén, y Antonio Machado, entre otros grandes.
Los diez años que transcurren entre 1943 y 1953 lo encuentran viviendo en distintas ciudades norteamericanas y en París. Al finalizar ese período vuelve a México, donde fundó el grupo poético y teatral Poesía en Voz Alta, y posteriormente inició sus colaboraciones en la Revista Mexicana de Literatura.
Más tarde, en la década de 1960 inició su actividad diplomática que finalizó en 1968. También ejerció la docencia en distintas universidades europeas y americanas, mientras dictaba conferencias y fundaba revistas culturales.
La obra de Octavio Paz puede dividirse entre la lírica y el ensayo. En cuanto a la poesía, atravesó distintos periodos, uno de ellos caracterizado por el surrealismo. Acá la reflexión sobre el destino del hombre se convirtió en uno de los tópicos principales. Algunos de sus libros de poesía fueron: Libertad bajo palabra (1949), Piedra de sol (1957), Salamandra (1962), Pasado en claro (1975), Vuelta (1976) y Árbol adentro (1987).
Como ensayista, Paz ocupó un lugar importante dentro de la discusión artística, política y social del país. Con una gran capacidad analítica, trató una variedad de temas, desde el arte y la literatura hasta la sociología y la lingüística, pasando por la historia y la política.
El 19 de abril de 1998, Octavio Paz a sus 84 años de edad, murió en el barrio de Santa Catarina, Coyoacán, Ciudad de México.